domingo, 19 de diciembre de 2010

Eres mi ahora y mi siempre.

Ya hace tiempo que te marchaste, sin decir a dónde, sin despedirte... Sin yo despedirme te apagaste como una vela que ya se consumió. Un soplo te hizo desvanecerte dejando en mi corazón la penumbra de mis noches y la tristeza de mis días. Me hubiese gustado contarte tantas cosas, confesarte tantas verdades y desvelar mis secretos ocultos bajo mi caparazón. No creo en la divinidad pero sé que estás escuchando, sé que estás vigilando paso a paso mis movimientos. Y espero jamás defraudarte porque te quise mucho. Aunque a veces no era fácil admitirlo ni decírtelo. Aún veo tus ojos fijando mi persona y me estremezco. Todavía me acuerdo de ese día maldito donde me despojaron una parte de mi pasado. Ese pasado me formó, me ayudó, me hizo reír y enfadarme. Y ahora lo echo tanto de menos. A ti, a todo. Porque a ti, si, a ti te adoro. Y jamas te dejare de hablar en presente. -Porque no eres pasado, sino, mi vida, mi ahora y mi siempre-


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