lunes, 27 de diciembre de 2010

Todo lo que empieza, termina y todo lo que termina vuelve a comenzar...

Nada es para siempre, y esa es una realidad que desgraciadamente no podemos cambiar. En todas las cosas pasa lo mismo: principios, momentos, y finales. Y a veces cada una de estas partes duran tanto que creemos que seguirán así siempre, pero al final acaban pasando, volviéndose solamente bonitos recuerdos.
El amor es como el polvo, un día está ahí, y al siguiente se ha ido. Con un simple soplo todo se derrumba. Y ese soplo es el final, o quizá, el mismo causante del final.
En ese momento es cuando culpas a alguien de todo, cuando las lágrimas llegan, cuando el cuento se acaba y las letras son ya simples pensamientos. La gente te llama, tu cuelgas el teléfono. Tus amigas te escriben, tu olvidas leerlo. Pero la vida sigue, y empieza otro momento. Pronto todo será un mal sueño, si tu te dejas llevar por el viento.

Solo sonríe, con lágrimas en los ojos y piensa que todo lo que empieza, termina, y que lo que termina, vuelve a comenzar.

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